miércoles, 24 de septiembre de 2008

Carta Human Rights Watch

Sres. Human Rights Watch
Presentes.

De mi consideración,

He visto el tremendo revuelo mediático que ha provocado la expulsión de sus representantes en Venezuela, una nación latinoamericana que de la mano del presidente Hugo Chávez ha iniciado hace ya unos años el camino hacia el socialismo de manera pacífica y democrática.

Hasta antes de estos lamentables incidentes que involucraron, entre otros, a un diplomático chileno y uno norteamericano desde suelo caribeño y que ha permitido que vuestra organización sea conocida en Chile, país al que pertenezco; su organización pasaba desapercibida en el concierto nacional. No sabíamos de la existencia de esta ONG, ni menos el profundo interés que tienen sobre los derechos de las personas en esta parte del planeta, cosa que desde un tiempo a esta parte nos ha ido dando la sensación de desamparo.

Al saber de su existencia y notar del interés que existe por las instituciones democráticas en estas curiosas democracias tercermundistas me ha venido también a mi el interés por contactarme con ustedes a fin de pedir vuestra ayuda y hacer notar algunas cosas que aparentemente están pasando desapercibidas sobre mi país, que a los ojos del mundo parece una nación desarrollada democráticamente.

En Chile la democracia es una farsa del momento que no son las personas las que elijen a sus representantes sino que los dos grandes conglomerados políticos que existen (la Alianza por Chile y la Concertación) Estros conglomerados seleccionan a los representantes populares y luego mediante un oscuros sistema llamado binominal que garantiza un empate entre quienes poseen un 35% de los votos y quienes poseen el 69% entrega los cargos de representación a los designados de dichos conglomerados.

Con los poderes del estado presos en este absurdos sistema eleccionario el estado sólo se limita mantenerse en el poder sin permitir la participación de grupos mayoritarios que no participen de esta seudo democracia por los factores que sean.

En este último caso están los escolares quienes desde hace ya algunos años han debido salir a las calles e iniciar gigantescos movimientos de protesta por la escandalosa brecha que existe en la calidad de la educación entre los colegios ricos y la educación municipal y subvencionada. Estos chicos, llamados pingüinos (por los antiguos colores de sus uniformes escolares) han sido brutalmente reprimidos por el aparato represor del estado (carabineros de Chile) En cada manifestación son mojados por los carros lanza aguas, golpeados, y vejados en sus derechos fundamentales por el sólo hecho de exigir del estado una reforma que garantice el derecho a la educación de calidad.

Estos niños, en su gran mayoría menores de edad, luego son procesados por leyes que permiten criminalizar a jóvenes desde los 14 años de edad. Tengo la sensación que este tipo de situaciones bien pueden ser motivo de una investigación y un pronunciamiento de vuestra organización, tan interesada en los derechos de las personas.

Otra arista de este país que bien puede ser vista por su organización es el conflicto que los pueblos originarios tienen por la legítima recuperación de sus tierras ancestrales. Dichas tierras conquistadas a sangre y fuego por el ejército Chileno, actualmente están en manos de empresas madereras que las explotan y las depredan ecológicamente mediante la incorporación de especies arbóreas exóticas que están erosionando los suelos. El pueblo Mapuche, dueños de estos territorios por derecho ancestral mantienen una persistente y digna lucha por la recuperación de sus territorios, cosa que es fuertemente reprimida por el estado mediante la militarización de la zona en pro de la defensa de las empresas usurpadoras. Esta pelea indígena ya lleva varios muertos a su haber a manos de las fuerzas paramilitares instauradas por el estado para proteger a los poderosos grupos económicos que están detrás de este despojo étnico.

La situación de las personas en Chile no es tan alentadora tampoco. El pueblo Chileno es gravado con fuertes impuestos en beneficios de groseras franquicias que benefician a las empresas transnacionales. Ya resulta casi imposible moverse por el territorio nacional sin pagar hasta por el aíre que se respira y los despojos han llegado a tal extremo que el estado en conjunto con grupos económicos nos han expropiado hasta nuestros clubes deportivos y eso no lo digo en sentido figurado, sino que es una realidad que estamos padeciendo en este paraíso de la desigualdad social.

Las personas tampoco tenemos un libre acceso a la información, la prensa se encuentra fuertemente concentrada en grupos económicos que usan y abusan de la información que debiera de ser pública, la concentración de los medios de prensa sumado a los contenidos televisivos comerciales, es un fenómeno que tiene a la gente cada vez más desinformada, enajenada y desmotivada respecto a su participación social. Este nivel de concentración respecto de los medios de comunicación creo que bien puede ser considerada una forma de censura ya que estos mismos medios se preocupan de segregar los contenidos y de criminalizar los movimientos de reivindicación social

Sres. de Human Rigthts Watch, en Chile los seres humanos hemos dejado de tener derechos hace ya bastante tiempo, y hasta que supe de su presencia en Venezuela no tenía idea que aún existían quijotes luchando por los derechos de las personas en forma internacional. Lo que les comento no es sino una pequeñísima parte de las cosas que hoy en día se viven este país “ejemplo de modernidad”.

De ustedes esperaría, si es que se dan el tiempo de hacerlo y cuentan con el presupuesto para hacerlo que pudieran velar, con la misma energía que lo hacen en Venezuela y Bolivia, que pudieran reparar en esta nación olvidada de las organizaciones civiles y que luego de casi 20 maños de haber recuperado la “Democracia” vive en el mismo régimen que fuera instaurado mediante la barbarie.

Sin otro particular y a la espera de sus comentarios y respuesta, les saluda muy atentamente,






Eduardo Bascuñán Campos

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