Mis viejos se levantaron como a las 5 de la mañana, tenían que estar a las 6:30 en sus respectivos locales. Yo iba a apoyar un conteo paralelo, pero a última hora me avisaron que se abortaba porque la CNI estaba cercando el local clandestino donde se iba a hacer el recuento paralelo. Así que nos dijeron que participáramos como cualquier ciudadano normal del proceso.
Como a las 8 me fui a mi mesa, era en el liceo B13 ubicado en la alameda. mi viejo y mi hermano menor votaban en el mismo recinto, mi hermano mayor lo hacía en el insuco, en las primeras mesas ya que al momento de abrirse los registros electorales era el único que tenía el carné exigido para tal efecto. A mis padres mi otro hermano y a mi, nos pagaron las renovaciones desde algunos movimientos políticos, una de las trampas que había puesto el proceso era que para poder inscribirse todo el mundo debía tener la cédula actualizada, no todos tenían el dinero para renovarlo. otra práctica habitual en las fuerzas de represión era retenerte en cualquier parte y requisarte la cédula de identidad para así evitar que votaras, por eso todos guardamos nuestra cédula en lugar seguro y circulábamos por las calles con documentos alternativos.
Yo había asistido unos días antes a la concentración que se realizó en la panamericana en santiago con dos amigos. llegamos al terminal y de ahí el pololo de la chica que iba con nosotros nos fue a buscar, nos fuimos a un hogar de la Universidad de Chile donde vimos las franjas electorales junto a todos los chicos del hogar. Luego de la franja nos fuimos a tomar el metro. Era emocionante avanzar por la alameda y ver que todo lo qu4e circulaba por las calles lo hacía con la gloriosa bandera del arco iris se respiraba esperanza en la gente, se veían por fin los colores más brillantes e intensos que nunca, sólo faltaban unos días para conseguir lo que por tantos años añoramos.
Bajamos en el metro el llano y desde ahí nos fuimos caminando hasta la panamericana, no se podía creer el mar de gente que circulaba por ese lugar, el escenario se encontraba a la altura de departamental más o menos, o sea, para quienes conocen santiago estamos hablando de muchas cuadras. avanzamos muy poco porque la masa humana hacía imposible que pudiéramos llegar más cerca del escenario. ni siquiera alcanzamos a llegar a la altura de salesianos. Debimos de escuchar el acto desde allí, desde allí mismo escuchamos las palabras de quienes estaban imposibilitados de estar con nosotros por que el exilio y la infamia se los prohibían. Escuchamos la palabras de Serrat, la música de los quila, la orquesta de Juan Azua amenizó el acto, ahí estuvimos hasta bien entrada la tarde, demostrando nuestro compromiso con la necesidad real y urgente de volver al estado de derecho. Luego el metro de vuelta que saltaba al glorioso ritmo del "y va a caer" así hasta los héroes y luego de vuelta hasta toesca nuevamente para pasar a dejar a los chicos del hogar de la Chile. Nosotros debíamos volver al sur, en unos días más teníamos que cumplir con el más grande acto de no violencia que conociera el pueblo chileno.
A eso de las 9 de la mañana llegué a mi mesa, la cola era inmensa y la inexperiencia de los vocales era aún mayor. la impaciencia se apoderaba de los ciudadanos, sólo hasta que con otro compañero les hicimos ver que si habíamos esperado 17 años por esto, podíamos esperar una hora más.
Como a las 11 de la mañana me tocó entrar a la cámara secreta. no es posible describir la emoción que significó el momento, lo sublime, lo grandiosos que resultó decir con tanta calma, con tanta paz, con tanta alegría que NO, que no queríamos más torturas, que no queríamos más robos, que no queríamos más exilio y ni vidas vigiladas, que no queríamos más al shushesumadre asesino y ladrón rigiendo los destinos del país. Crucé la pequeña línea negra impresa con el lápiz de grafito tratando de disfrutar el momento segundo a segundo, fue tal el éxtasis que no pude evitar repetir el momento, repetirlo en innumerables ocasiones, tantas veces que el lápiz cruzó hasta la improvisada mesa, el voto iba a ser objetado, jajaja, mala cueva, disfruté tanto marcando el NO que no pude evitar enviciarme.
Salí de la sala y me junté con mi hermano, nos fuimos al centro de la ciudad y comenzamos a abrazarnos con cada amigo y conocido que vimos en la calle, las caras de felicidad se sucedían unas con otras, en cada esquina era un encuentro, mientras comprábamos los conos de helado, mientras caminábamos por la calle, al llegar a la plaza Cienfuegos, ls expresión de alegría en la gente era el factor común, el tener el gusto de decir de forma tan simple ¡fuera! ¡largo de acá! ¡la alegría es nuestra!
Con mi hermano nos fuimos a almorzar a la casa y luego la misión era irnos a los vocales de votación a defender los escrutinios, mis viejos estaban de apoderados de mesa y mi otro hermano era vocal. A eso de las 18:00 nos fuimos a los locales donde estaban los viejos, marcos fue donde mi papá y yo donde mi mamá en el ahora malogrado liceo de niñas de Talca. No pasó mucho tiempo cuando empezaron las expresiones de júbilo en todo el recinto, un ex compañero de colegio estaba oficiando de radio control en una oficina y hasta allá llegábamos para escuchar las noticias que llegaban de todo chile que apuntaban cada mesa a favor del NO. temprano estábamos un poco bajoneados, los primeros escrutinios daban amplia mayoría al genocida, era hasta lógica, las primeras mesas en inscribirse fueron todas de miembros de las fuerzas armadas, también fueron las primeras mesas en constituirse y las primeras en escrutar, hasta las 18:00 el tirano llevaba cierta ventaja, pero a la hora que fueron serrándose las mesas del pueblo esa ventaja terminó y luego de un par de horas las felicidad se multiplicaba por cada mesa escrutada que le daba amplia mayoría a la opción libertaria.
En la sala de radio nos enterábamos como en todo el país el pueblo obtenía su triunfo, las radios transmitían n vivo desde los locales de votación y no había edición ni línea editorial que les obligara a mentir respecto de la voluntad ciudadana, era imposible que se sustrajeran a la alegría, los aplausos espontáneos los C-H-I que afloraban con cada recuento de votos.
Llegamos pasadas las 10 de la noche a la casa, mi viejo había comprado un pequeño asado porque estábamos seguros que esa noche íbamos a celebrar, champaña y una botella de pisco para la consabida piscola. De vuelo a prender el televisor para ver las noticias donde esperábamos que se dijera inequívocamente lo que ya todos sabíamos, el pueblo chileno había triunfado en las urnas contra la dictadura militar. Pero nada de eso ocurrió. eran cerca de las 11 de la noche y el entonces subsecretario del interior se negaba dar los resultados, hasta esa hora menos del 25% de los votos aparecían escrutados por la contabilidad oficial y esos daban por ganador al criminal. la horrorosa idea del autogolpe nos vino a todos. Comenzaban los rumores de movimientos de tropas y de acuartelamiento. en la radio los políticos de la concertación daban los mismos resultados que días más tarde dio la información oficial, sin embargo casi a las 12 de la noche aún aparecía, con menos del 35% de los votos escrutados el dictador liderando el conteo.
Nos fuimos a tratar de dormir, había sido un día muy largo para todos y mis viejos prefirieron obviar la celebración, había mucha incertidumbre, una y otra vez se nos venía a la mente la idea de que el dictador se iba a pasar por la raja la voluntad del pueblo, nos hacíamos la idea de salir a l otro día a la calle a defender al pueblo de chile y su democracia, se venían días duros, complejos. La alegría se convirtió de súbito en mucha angustia, un nuevo golpe, más asesinato, más exilio, más torturas.
Eran pasado las 2 de la mañana cuando mi hermano entró corriendo a mi dormitorio gritando ganamos, por fin reconocieron que ganamos. Nos abrazamos por un instante y creo que más de algún lagrimón se nos cayó a ambos. años después supimos que un dejo de grandeza del general Mathei y del general Estange impidió el autogolpe. Mathei pasó frente a las cámaras de televisión diciendo que en efecto el NO, el NO del pueblo chileno había ganado libremente en las urnas, lo mismo hizo Estange, luego en reunión secreta, el tirano les pedía poderes plenos, cosa que ambos le negaron, y le exigieron respetar la voluntad popular, nosotros nos pudimos comer nuestro asado al otro día, la gente se pudo abrazar en las calles, caminar por un instante libremente por la alameda, como hombres libres... sólo hasta que la traición de los que asumieron le entregaron nuestras almas a demonio neoliberalismo que ya nos somete con la bota de los soldados, sino que con las deudas que nunca terminan y la misma desinformación que quiso manejar la dictadura para seguir sometiéndonos.
Fue un día largo, un proceso largo, complejo, lleno de muchas emociones y sentimientos encontrados, día de esperanza y de angustia, de temor de y de mucha alegría, partió a eso de las 5 de la mañana y terminó pasadas las 2 de la madrugada del 6 de octubre. Un día para recordar por siempre, pero que no nos haga creer que con eso todo terminó. Simplemente terminó una lucha y empezó otra...
en eso estamos...